domingo, 4 de marzo de 2018

Cigüeñas...


Muchos no entenderán esta foto, otros ni querrán hacerlo... pero para mí es una descripción gráfica de cómo Karim elude a cinco rivales con un movimiento de desmarque que él ve mejor que nadie y lleva a la práctica.

Simple, fácil, pero todo de manera visual. En la práctica, pocos, muy pocos tienen esa visión de juego capaz de demostrar sobre el verde. ¿Lukas quizá? La diferencia es que los movimientos del francés son más cercanos al área rival y en una posición más adelantada. Que si un 9 tiene que marcar goles, que con la camiseta blanca tiene que marcarlos sí o sí, que si la desidia de su cara solo anima a pitarlo haga lo que haga. Pues bien, yo me pregunto... ¿qué jugador rival estaría contento de que su marca fuera el francés? Claro, si comienzo a divagar, muchos son los interrogantes que se me plantean solo por el hecho de quienes más critican menos serían capaz de aguantar la presión a la que cualquier jugador blanco es sometido. Fuera y dentro del campo. 
¿Sacarse un moco? Solo en la más estricta intimidad.

Muchos están deseosos de la llegada del martes. No porque juegue el R.Madrid, no porque haya partido de UCL, no porque el fútbol en estado puro vuelva a escena. Solo por el mero hecho de poder ser testigos de la debacle que supondría para el equipo caer en este mes. Ser testigos de que la Historia que se ha hecho no hace tanto por la consecución de dos ucls seguidas ya es de repente aburrido. ¿Dónde quedó y el RM qué, otra vez campeón de Europa? Quizá en noches embriagadas de alcohol que parecen lejanas por no ser capaces de disfrutar del fútbol de otra manera. Por no poder si quiera recordarlas de manera clara.

Así, entre críticas —menuda novedad—, madridistas más cómodos en el otro lado y corrientes que ya perdieron su dirección, se presenta un partido a los que los jugadores no pueden estar ajenos a las opiniones que provocan tanto lejos como cerca, más cerca de lo que les gustaría sentir el difuminado apoyo frente a una cita europea para la que ya quedó olvidada el resultado conseguido en la ida, en nuestro propio estadio. 

Una pena, pero desde aquí antes de que llegue esa noche... mi apoyo no cambiará se dé el resultado que se dé. No cambiará ni nuestra historia ni mi opinión. Con el equipo siempre, con críticas constructivas alejadas de las destructivas que parecen ser las que más venden, ¿por qué será...?
Como refiere el título de este post, esperemos que las cigüeñas lleguen cargadas de niños reflejados en goles en las mochilas madridistas. 



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