jueves, 8 de junio de 2017

Doce... o quizá algo más.


Lo prometo, nadie que no lo merezca quedará mencionado en este post. Nadie. Pero... ¿de verdad sabemos quienes no lo merecen? Bueno, al menos sé los que sí.


Once jugadores que ya pasarán a la historia, aunque hoy, cuatro o cinco días después —qué digo cuatro o cinco, esa misma noche— se haya querido empañar la gesta. hazaña, proeza con argumentos vacuos. Va a ser cierto eso de que los que te odian, solo te envidian y además, la grandeza es demasiado pesada para ellos. ¿Cuándo creeremos que la grandeza solo es para unos pocos elegidos que saben de verdad el significado de Real Madrid?  Madridistas se creen muchos, pero el barco empieza a hacer aguas de tantas diferencias de peso entre los que suben y bajan. No importa cómo se llamen los jugadores, que nos gusten más o menos. Muchos no aprenden que solo el Real Madrid, sus títulos y las veces que entra en la Historia es lo que de verdad perdura.
No dejé que la decepción empañara mis ganas de final, por demasiado había pasado yo este año para que periodistas que empañan su profesión empañaran también mi recuperación. Igual por eso el cosquilleo previo tardó en llegar, veía mis cicatrices en cuello y clavícula y no creí que mi salud fuera tan fuerte como para ver , y en especial oír, lo que pasaría a las 20.45 cuando el mundo se parara. Las calles estaban vacías, los envidiosos que no tenían una afición que arrastrara a tantas masas lloraban en forma de quejidos, improperios, aires de superioridad e incluso alaridos silenciosos, que ellos tenían mejores planes. Pues enhorabuena, cada día dudo más quién decide qué es mejor o peor, bueno o malo. Mi amigo @DbenavidesMReal lo ha sufrido en primera persona; fue y sigue siendo, un gran apoyo y espejo donde observar qué quiero y cómo lo quiero hacer todo a partir de ahora. Descartes dolorosos pero necesarios y ahora... ¿que mejor para mi salud para disfrutar de lo que de verdad sube mi ánimo a lo más alto? Sí, no me avergüenzo ni me escondo, el Real Madrid me aporta lo que ahora necesito. Fotos de la gran noche, risas que salen de mí sin previo aviso al leer cómo muchos se sienten orgullosos de creer, otros de robar, porque total ¿quiénes son ellos para reconocer el trabajo bien hecho sino pueden siquiera reconocer el malo? Toda mi vida viví escondida porque igual les sentaba mal a los demás escuchar mi opinión hasta que el Madrid consiguió que abriera mi caparazón y fuera yo misma. Mi entorno no lo entiende, pero he de decir que menos mi pareja —por eso sigue durmiendo en la cama— son piperos y los panfletos son su libro de cabecera.
¿Religiones? ¿Nacionalidades? Si en eso piensan muchos, el Real Madrid, universal hasta el punto de que los que creen saber qué es el madridismo a través de panfletos y opiniones de los que ellos creen top, ZZ es francés y está en la historia de nuestro equipo. Sin gritos, insultos, malos modos ni necesidad de prepotencias.
 No me importan ya opiniones o aires de superioridad porque yo sé en lo que creo y las corrientes no me llevan de un lado a otro. Me pueden mirar mal u opinar lo que quieran del fútbol, porque su opinión vale lo mismo que la mía y nadie me hará cambiar lo que creo. El «bienquedismo» no va conmigo, quien no esté en las malas que venga en las malas. Por tanto reconozco cuando mis críticas no me dejaban ver al mejor capitán que hemos tenido en años. Gracias por irte, Iker. 
                                         

El Real Madrid es histórico, único, inigualable y extraordinario sin corrientes que lo ratifiquen. Solo trofeos, camisetas manchadas de barro y algunas de sangre.
No seré yo la que pida calma, cada uno que se calme —o no— como quiera, pero tantas críticas son fáciles de pisar con nuestro escudo por delante.

¿Envidia? Nunca se reconocerá.
¿Felicidad? Ojalá puedan saber lo que es una completa que no necesite de explicación.




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