sábado, 20 de agosto de 2016

Dicotomías blancas.



Ese cosquilleo que te recorre de pies a cabeza, constante pero que aumenta con el paso de los días junto con las expectativas de que un futuro muy próximo, en el que habíamos prefiero no pensar pero que se convierte en inminente sin vuelta atrás. Esa sensación que te provoca una sonrisa nada más despertar, que te levanta de la cama y te empuja hacia la televisión; a buscar noticias, novedades… información.
Así, por no extenderme más, comienza un fin de semana diferente. Sigue siendo agosto, aún no se ha implantado del todo la rutina, aún nada es como lo recordábamos meses atrás pero llegó la hora: el Rey de Europa vuelve a la máxima competición oficial (igual la podemos llamar hasta local; la máxima de verdad—que lleva nuestro nombre— es la UCL).

«Bah… la Real Sociedad», pensarán algunos o como seguro dirán otros —no se puede descartar que sean los mismos— «La Real de Sociedad», ¡¡ah, no!! Que el resentimiento solo llega de la envidia y ahí también somos los reyes; a envidia no nos gana nadie ni fuera, ni dentro de la Casa Blanca.
¿Sabéis lo que es una dicotomía? 
Se puede definir como la división de un concepto o una materia teórica en dos aspectos, especialmente cuando son opuestos o están muy diferenciados entre sí. 
No se ajusta exactamente a lo que quiero referirme hablando del RM, pero puede ayudar al concepto del que quiero hablar hoy.
No podemos definir a nuestro equipo como una materia teórica; de hecho el único que podría hacerlo sería ZZ, y estoy convencida que tras la teoría que conforma la preparación de un partido está su madridismo. 
¿Conceptos opuestos frente al madridismo?; no podemos quedarnos con dos, sino más bien con cientos o incluso miles de ellos.
Y tampoco los conceptos opuesto llegan de diferentes frentes... ¿o si?; ahí está la dicotomía. Unos aficionados que como individuos tienen conceptos completamente opuestos dentro de ellos mismos acerca de RM
Aún tras años de abandonar el instituto o la adolescencia, se sigue queriendo destacar por ser el que más sabe (no olvidemos como siempre digo: «De fútbol y de medicina todo el mundo opina») y eso si no se demuestra, parece no valer. Imponer es el rey para muchos, sino impone —y convence, o eso creee— es como si sus argumentos no fueran válidos. No vende apoyar o criticar a un jugador si no se ajusta a una corriente determinada o incluso, unirse a esa corriente aunque no se esté del todo de acuerdo. ¡¡Vaya rollo estoy contando!! ¿No? Pues esta dicotomía blanca hace que este fin de semana, señalado en fosforito en el calendario, intenta convertirlo en menos especial pero... sabéis cómo soy y cuanto más difícil más estimulo me provoca.

Que si sale James, porque si ZZ ha dicho que está contento con él y se queda es que es así... "¿por eso tiene que gustarme?"...«¡no, mujer! Tampoco lo está haciendo mal...». Ahí es cuando sobrevuela sobre la conversación el tan manido aunque aún presente Mourinhismo, lo radicales que fuimos, somos y no dejaremos de ser todos aquellos que le apoyamos como entrenador del RM; ¡qué osadía!, ¿verdad?
Quizá James no esté tan mal como la temporada pasada, pero sé que puede dar mucho más si se centra —volvemos al qué radical y exigente—; para poder vestir nuestra camiseta hay que darlo todo, siempre y en cada partido. Sé que si alguien puede conseguirlo es ZZ pero... ¿quién ha conseguido esa información sobre su titularidad frente a Real? Opinión o... ¿información? Me da qué pensar que otra temporada más, se repite la misma tónica: creemos las alineaciones que se ajustan a nuestra opinión aún sin ser confirmadas, hay que vender a los crucificados porque «yo ya lo dije tras la Décima...», aficionados que se olvidan del equipo —aunque a ellos sí se lo exija jugar como tal— para adorar a jugadores y sus individualidades y de repente... ¡¡anda!! ¿Y cómo llega el equipo contrario al primer partido del liga? Gri... Gri... Gri...
No es que yo lo sepa, razón sin duda para permanecr calladita y no aventurarme a firmar pronósticos porque sobre el papel, está claro que somos superiores. Llamadme tonta; necesito ver cómo jugamos y qué me transmiten en el campo para opinar con un poquito de argumento sólido. Sí,  a toro pasado es más fácil pero como el madridismo no tiene que deostrarse sino vivirse...
Sea como sea y pase lo que pase mañana, centrémonos en el fútbol; pero fútbol como tal: disposición en el campo, trabajo de equipo, trabajo individual... Y dejemos a un lado quién debe jugar y quién no (solo ZZ les ve entrenar y sabe quién lo merece, salga mejor o peor)... 
Inciso para recordar mi tiempo como fisioterapeuta en el Santa Ana —que jugará en breve contra el Juvenil de Guti— y que tantos conceptos me dejó estando dentro del vestuario sin ni siquiera saberlo. En fin, sigamos... no olvidemos el momento de la temporada en el que estamos y solo... ¡¡disfrutemos!! Disfrutemos del fútbol, de tener RMTV en abierto con periodistas que por fin —estemos más de acuerdo o menos con ellos— no ven al equipo como portadas de Sálvame...

Por fin llega el momento más esperado, el balón empieza a rodar; una nueva oportunidad de demostrar lo que somos: los mejores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario